LA VIDA DE SHIMETA NEESIMA


Los marineros miraron con sospecha y cautela cuando el hombre abordó el barco. Las dos espadas letales sujetadas con correas a sus espaldas y su apariencia aristócrata los alertó que no se trataba de un ordinario marinero de cubierta. ¡Tenían razón!

Huyendo del Japón durante los años en que el cristianismo era proscrito, Shimeta Neesima arriesgó su vida en busca del Dios de la Biblia. Habiendo leído secretamente el libro prohibido en una biblioteca, el joven dejó su patria con nada más que su ropa y sus espadas que le identificaban como un samurai.

Trabajando como marinero de cubierta para pagar su pasaje, desembarcó en Boston y se hizo amigo de un mercader que le guió a la fe en Jesucristo y pagó su educación.

A Shimeta lo ordenaron como ministro cristiano y regresó a su tierra natal con la visión de introducir la educación cristiana en el Japón. Inicialmente estableció una escuela con siete estudiantes en dos pequeños cuartos, y la llamó Escuela de Doshisha (Un propósito). El rápido crecimiento permitió que la escuela se expandiera hasta formar una universidad, con el único propósito de capacitar a los cristianos para el liderazgo en la sociedad japonesa, en profesiones como: editores, médicos, abogados, hombres de negocios, ministros del evangelio, a pesar de una intensa resistencia de parte de las autoridades locales.

Consumido por su visión para Japón, Shimeta pidió unos pinceles en su lecho de muerte.

Con el mapa de Japón ante él empezó a subrayar los lugares que creía estratégicos para la evangelización del país.

Manejando pinceles en vez de espadas y sirviendo a Jesucristo y no a un jefe militar, este antiguo Samurai usó su último aliento para trazar el bosquejo de misiones para expandir el evangelio en Japón".

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